¡NO DEBEMOS! ¡NO PAGAMOS! ¡SOMOS NOSOTR@S LOS ACREEDORES!

martes, 2 de septiembre de 2008

El pago de la deuda odiosa es una falta de respeto


por Alejandro Olmos (h) *

La decisión de la Presidenta de cancelar la deuda con el Club de París fue recibida con entusiasmo por la mediocre clase política.

Ya el vicepresidente Julio Cobos declaró que honramos la deuda y el convencionalismo de los economistas aplaudió esa absoluta falta de respeto por el orden jurídico.

La Presidenta tiene la obligación de hacer frente a las obligaciones externas y pagarlas si corresponde. Pero cuando esas deudas son materia de una investigación criminal hay que esperar un pronunciamiento judicial que determine su legalidad.

Hace ya muchos años, el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 2 a cargo de Jorge Ballestero tramita una causa donde se investiga el endeudamiento externo hasta el año 1995, que es continuadora de la que iniciara Alejandro Olmos en 1982 y que fuera sentenciada el 13 de julio de 2000.

En esta nueva causa, se investiga todo el endeudamiento en forma global, incluyendo al Club de París. En esa causa se encuentra agregado un documento oficial, resultado de la pericia efectuada por un conjunto de auditores del Banco Central en 1985, donde se estableció que uno de los créditos reclamados por Holanda no debía pagarse, ya que era resultado de acciones irregulares y delictivas.

Las autoridades de aquel entonces resolvieron desconocer el resultado de la pericia. Algunos de ellos fueron Carlos Melconiany Daniel Marx. También se ha olvidado la forma absolutamente arbitraria en que se maneja en Club de París en cuanto a ser juez y parte, imponer condicionalidades, coaccionar a los deudores y desconocer los principios generales del derecho.

Pagarle al Club de París sin esperar los resultados de la investigación judicial es un cabal ejemplo de que el Estado de derecho en la Argentina es sólo una ficción en cuanto a la defensa del Estado nacional, y sólo alcanza para perseguir a los decrépitos militares de la dictadura, olvidándose de sus autores ideológicos, que siguen usufructuando de los beneficios del ilegal endeudamiento.
"O se está al servicio del país en contra de la deuda externa, o se está al servicio de la deuda externa en contra del país"

* Historiador y autor de La deuda odiosa.

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